viernes, 16 de septiembre de 2011

Defensora de los DDHH



Fuente: Religión en Libertad












Trece de septiembre de 2011: Mary Wagner, católica de 36 años, es condenada a 40 días de cárcel. Otra vez. Ya ha perdido la cuenta de las veces que ha sido arrestada desde la primera, el 1 de febrero de 1999. Pero a ella no le importa: en la cárcel de mujeres ya la conocen, y aprovecha esas estancias para evangelizar. Y para consolar a las presas que han abortado.







Mary es pequeña, delgada, suave, nada amenazadora. Pero muy tenaz. En la JMJ de Denver (EEUU), en 1993, experimentó un despertar espiritual. Su familia era intensamente católica y pro vida, creció con diez hermanos, cuatro de ellos con necesidad de atención especial. Su padre era presidente de la Coalición Campaña por la Vida de la Columbia Británica, en Canadá. Su madre, militante de Birthright ("Derecho a nacer"). Desde que se liberalizó el aborto en Canadá en 1969, su familia acudió a marchas por la vida y rezó por el final del aborto en el país.




Pero en Denver pasó algo. Vio aquellos jóvenes incontables y su alegría especial. Con 19 años, Mary entendió "cómo Dios nos mira y nos ama a cada uno de nosotros de una forma cercana y personal". Siempre había sabido que Dios ama, pero ahora entendía su protección y amor inagotable. Y eso, declaraba ya en una entrevista en el año 2000, "me hace sentir feliz, llena de gozo y puedo vivir como Cristo nos enseñó".
Es decir, de la cárcel al tribunal y del tribunal a la cárcel.


Su crimen es entrar en clínicas abortistas, en la sala de espera, o en el jardín ante la puerta de entrada, y repartir rosas blancas con una tarjeta a las mujeres que hay allí. En ella se puede leer: "Fuiste hecha para amar y ser amada. Tu bondad es más grande que las dificultades. Las circunstancias en la vida cambian. Una nueva vida, aunque sea diminuta, promete un gozo irrepetible. ¡Hay esperanza!".



A veces, les dice: "estamos llamados a amar a todo el mundo". ¡Gravísimo!
Este martes, el juez William Bassel de Toronto la declaró culpable de "un uso y disfrute ilegal" de las instalaciones de la clínica abortista de Bloor West, cerca de Toronto. Y de "retrasar el desarrollo del negocio".



Los testigos dejaron claro que Mary había sido amable, tranquila, pacífica en su trato con las mujeres de la clínica, pero al juez le dio igual.
Cuando la policía se la llevó de la clínica, aún decía a las chicas: "no es demasiado tarde; aún podéis cambiar de opinión. Dios os ama".



El juez Bassel le prohibe acercarse al centro abortista y a sus empleados durante 3 años. Que hay que acumular a otras sentencias anteriores. Es difícil llevar la cuenta. Entra y sale. En la cárcel se porta muy bien. Soltera, sin hijos, pobre... no tiene nada que perder.
En la cárcel de mujeres (primero en Burnaby, en Columbia Británica; después en el centro Vanier, en Ontario) reparte folletos sobre la Biblia y la Iglesia. Escucha a las mujeres que han abortado (el 90% de las presas), llora con ellas, reza con ellas. Para cuando salgan, les recomienda centros que ayudan a la mujer a superar el trauma post-aborto. Recibe visitas y cartas. La gente pro-vida le visita, como hacían los primeros cristianos con sus presos encarcelados por el César. Mary reza mucho: ¿dónde la quiere enviar Dios la próxima vez?
En agosto la detuvieron de nuevo: dos policías ante un centro abortista. Mientras se decidían a llevársela ella rezaba el rosario sentada en la acera. Había entrado en la sala de espera a ofrecer a las chicas folletos con ayudas, con alternativas al aborto.



En marzo, después de 48 días de cárcel, Mary pudo efectuar en Toronto una de sus jugadas habituales. Siempre rechaza tener abogado, pide defenderse ella misma, y allí, en la vista pública, en vez de hablar de sí misma, en vez de defenderse, lee una breve declaración contra el aborto que suele llegar a manos de la prensa local.



"Ese negocio existe casi exclusivamente para destruir a los niños en el vientre de su madre; bajo el disfraz de ayuda a la mujer, se mata a bebés indefensos, y sus madres quedan heridas. Intentaba llegara las mujeres que consideran el aborto como una solucióna las circunstancias difíciles que atraviesan. Mi presencia era pacífica, y nace del reconocimiento del hecho de que una nueva vida humana existe desde la concepción", lee.



Normalmente, en este momento pide un minuto de silencio para recordar "a mis hermanos y hermanas destruidos por el aborto". En Columbia Británica algún juez se lo concedió, pero en Toronto siempre se lo deniegan.



En noviembre de 1999 la arrestaron por primera vez por violar el "área de seguridad" de un centro abortista. Fueron sus primeras navidades en la cárcel.
Además de repartir rosas, a veces exhibe carteles de la Madre Teresa de Calcuta que invitan a optar por la vida. Ella es una de sus fuentes de inspiración. Los grupos pro vida de Canadá aseguran que Mary Wagner tiene un don especial para hacer el apostolado pro vida ante las clínicas, porque por su dulzura y suavidad puede acercarse con tacto a las mujeres que acuden a esos centros.
Para escribir a Mary Wagner a prisión:







Vanier Centre for Women



665 Martin StMilton,



Ontario



L9T 5E6



CANADA

sábado, 5 de marzo de 2011

Bravo por ellas.

Efectiva labor


martes, 19 de octubre de 2010

jueves, 23 de septiembre de 2010

Médicos dejan morir a bebé prematuro que nació dos días antes de "merecer" asistencia


El crimen inglés: Médicos dejan morir a bebé prematuro que nació dos días antes de “merecer” asistencia.

Una madre inglesa vio a su hijo prematuro extremo morir en sus brazos sin asistencia médica alguna debido a que nació con 21 semanas y 5 días de gestación, dos días menos que el mínimo contemplado en los lineamientos sanitarios de Inglaterra.
Los médicos del James Paget Hospital de Norfolk ignoraron las súplicas de Sarah Capewell, quien en octubre del año pasado dio a luz a su hijo Jayden con unos cinco meses de gestación. Los médicos se negaron a asistir al bebé porque le faltaban dos días para cumplir con el requisito establecido en los lineamientos nacionales de la Asociación Británica de Medicina Perinatal, según los cuales debe ofrecerse asistencia solo a los niños que nazcan después de las 22 semanas de gestación.
Capewell declaró al Daily Mail que los médicos que la atendieron en el parto se negaron incluso a mirar al niño, que vivió por casi dos horas sin asistencia médica. El bebé respiraba sin ayuda, tenía fuertes latidos, movía brazos y piernas. Sin embargo, se negaron a trasladarlo a una unidad de cuidados especiales y le dijeron que habrían tratado de salvarlo si nacía dos días después.
“Cuando nació, sacó sus brazos y se impulsó con sus piernas”, recordó Capewell y narró que una obstetriz lo describió como un “pequeño luchador”.
“Yo llamaba a los doctores pero la obstetriz me dijo que no vendrían a ayudarme y tratara de disfrutar del tiempo con mi hijo”, agregó.
Ella arropó a su bebé y le tomó fotos. El niño murió en sus brazos menos de dos horas después de nacer.
Durante el trabajo de parto no le suministraron inyecciones para contener el nacimiento o reforzar los pulmones del bebé, siempre por la misma razón: no tenía 22 semanas de gestación.
Los médicos le pidieron a Capewell, que ya había tenido cinco abortos espontáneos, que tratara este parto como una pérdida y no como un nacimiento. Tras la muerte de su hijo, Capewell sostuvo una fuerte discusión con el hospital por su derecho de recibir certificados de nacimiento y defunción de su hijo, para poder celebrar su funeral.
Dos años antes del nacimiento de Jayden, Amillia Taylor nació en Florida con 21 semanas y seis días de gestación. La niña recibió asistencia médica porque los doctores pensaron que tenía una semana más de edad. La pequeña está por cumplir tres años y se convirtió en la bebé más prematura en sobrevivir.

[Tomado de radiocristiandad.wordpress.com]

martes, 1 de junio de 2010

EL PAPEL DE LA IGLESIA EN LA VIDA DEL ESTADO

Fuente: www.elcomercio.com.pe
EL PAPEL DE LA IGLESIA EN LA VIDA DEL ESTADO
La intolerancia de los tolerantes
Por: P Gonzalo Len*
Miércoles 4 de Noviembre del 2009
Estos días se han escuchado diversas opiniones sobre el papel de la Iglesia en el debate acerca de la despenalización del aborto y de la anticoncepción oral de emergencia. La coyuntura ha llevado a algunas personas a plantear la necesidad de que, de una vez por todas, la Iglesia se haga a un lado en un asunto que no le competería.
Uno de los argumentos que se plantean es que es un tema de salud pública, y en eso la Iglesia no tendría nada que decir. De la mano de esto se argumenta también, en la línea del necesario paso a la modernidad, que eso implicaría, bajo la idea de la tolerancia, la desaparición de la Iglesia del espacio social y cultural. Esta postura sostiene que lo religioso se respeta, pero que pertenece a la esfera de lo personal y privado, y que de allí no debe salir, pues atentaría contra lo que esta ideología entiende como la neutralidad del espacio público.
Seguramente hay alguno que tiene el sincero deseo de aportar en la clarificación del rol de la Iglesia en este tema, pero no cabe duda de que hay otros que lo que quieren es exiliar a la Iglesia de ese espacio público para ellos introducir sus ideas, nada neutrales por cierto.
Sobre esta intolerancia de los “tolerantes” es importante hacer algunas aclaraciones, y quisiera citar dos textos que, me parece, iluminan muy bien el panorama.
Por un lado, el artículo 50 de la Constitución Política del Perú señala: “Dentro de un régimen de independencia y autonomía, el Estado reconoce a la Iglesia Católica como elemento importante en la formación histórica, cultural y moral del Perú, y le presta su colaboración”. El Estado Peruano no es, como quisieran unos pocos —pero que gritan mucho—, un Estado laicista. En nuestro país se reconoce —no se impone— el importante papel que cumple la Iglesia en la peruanidad. Esto no es teocracia ni confusión de roles ni retorno a un supuesto pasado oscuro. Es reconocer una realidad propia de la identidad de nuestra nación.
Por otro lado, cito un pasaje del discurso del papa Benedicto XVI al embajador del Perú ante la Santa Sede el año 2007: “La Iglesia, que reconoce al Estado su competencia en las cuestiones sociales, políticas y económicas, asume como un propio deber, derivado de su misión evangelizadora, la salvaguardia y difusión de la verdad sobre el ser humano, el sentido de su vida y su destino último que es Dios. Ella es fuente de inspiración a fin de que la dignidad de la persona y de la vida, desde su concepción hasta su término natural, sea reconocida y protegida, como garantiza la Constitución Peruana”.
Así pues, la Iglesia sabe cuál es el lugar del Estado y, por supuesto, sabe cuál es su lugar. Y esto, sobre todo, en un país como el nuestro cuya identidad está sellada por la fe en Jesús. Es por eso que la Iglesia cumple con su misión propia, haciendo oír su voz sobre los temas en cuestión, aunque a algunos pocos no les guste.
Las leyes, cuyo dictado le compete al Estado, no pueden ser desligadas de su base moral como pretenden algunos, basados en el utilitarismo y en el individualismo (o en otros intereses más oscuros). Ellas deben promover el bien y evitar el mal. Es allí donde la Iglesia, de diversas maneras, a través de la jerarquía y de los laicos, viene promoviendo responsablemente el valor de la vida humana para que se siga reflejando en nuestra legislación.
Todo este esfuerzo se fundamenta en las certezas que nos dan la fe y la razón, es decir, en lo que Jesús nos ha enseñado y en lo que conocemos por la ciencia médica, la psicología, las estadísticas, etc., y en el inmenso trabajo pastoral que hace la Iglesia por todo el Perú, en todos los lugares, con todos los peruanos sin distinción. De toda esta experiencia y con toda responsabilidad y compromiso, ajena a cualquier interés político, económico, “sectario” o “fundamentalista”, la Iglesia habla alto y con toda propiedad en un asunto de suma trascendencia para el destino de la patria.
(*) Sodalicio de Vida Cristiana

lunes, 29 de marzo de 2010

SI A LA VIDA



NO A LA CENSURA DE LA PRENSA PERUANA

sábado, 13 de marzo de 2010

¡¿Por qué no te callas?!


En la página oficial del BOE se puede ver el texto completo de la ley sancionada por el Rey, que empieza de la siguiente manera:
JUAN CARLOS I
REY DE ESPAÑA
A todos los que la presente vieren y entendieren.
Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado y Yo vengo en sancionar la siguiente ley orgánica.
El texto concluye así:
La Ley entrará en vigor en el plazo de cuatro meses a partir del día siguiente al de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».
Por tanto,
Mando a todos los españoles, particulares y autoridades, que guarden y hagan guardar esta ley orgánica.
Madrid, 3 de marzo de 2010.
JUAN CARLOS R.
El Presidente del Gobierno,
JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO
Las principales modificaciones que introduce la Ley orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo aprobada hoy respecto de la anterior legislación son:
Aborto despenalizado dentro de las primeras catorce semanas de gestación, a petición de la embarazada.
El plazo se alarga hasta las 22 semanas si existe grave riesgo para la vida o la salud de la embarazada o graves anomalías en el feto.
Sitúa en los 16 años la mayoría de edad para decidir sobre la interrupción del embarazo.
Al menos uno de los padres o tutores legales de las menores de 18 años deberá ser informado de su decisión de abortar, obligación no exigible si ello produce a la menor un conflicto grave.
El aborto, contemplado como “prestación sanitaria de interrupción voluntaria del embarazo” se realizará en centros de la red sanitaria pública o vinculados a la misma.
El derecho de objeción de conciencia de los profesionales sanitarios debe manifestarse individual y anticipadamente y por escrito.
El Sistema Nacional de Salud garantizará la disponibilidad de los anticonceptivos de última generación en las mismas condiciones que las prestaciones farmacéuticas con financiación pública.
Obligatoriedad de estudiar salud sexual y reproductiva en los programas de las carreras relacionadas con la medicina y las ciencias de la salud, “incluyendo la investigación y formación en la práctica clínica del aborto”.
Incorporación de la formación en salud sexual y reproductiva, “con perspectiva de género” en los contenidos formales de todo el sistema educativo.
*
Monseñor Reig Plá: el Rey incurrió en «cooperación material con el mal».
Monseñor Reig Plá, obispo de Alcalá de Henares y presidente de la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida, aseguró que con esta ley se produce un mayor deterioro para la vida humana respecto a la anterior ley, reiteró que los parlamentarios que votaron a favor están en situación objetiva de pecado y aseguró que con su sanción el Rey incurrió en «cooperación material con el mal».
Se refirió a que la ley aprobada “empeora no sólo lo que es la legislación del aborto sino lo que es la educación sexual, y la introducción de la ideología de género, así como la formación de los profesionales sanitarios”.
Reiteró que, en consecuencia, “los católicos que tenían que votar la ley necesariamente tenían que votar en conciencia en contra” y “los que hayan votado a favor tienen que saber que se ponen objetivamente en una situación de pecado”.
Finalmente, preguntado por la posición de la Iglesia respecto a si la situación del Rey que ha sancionado la ley es la misma que la de los políticos que han dado su voto favorable a la misma, monseñor Reig Pla afirmó que “es una situacion mas singular”, si bien “en el tema de la conciencia humana cuando se trata de reforzar una ley que va a provocar la muerte de inocentes no se puede uno amparar simplemente en la Constitución”, sino que “tiene que pensar si con su firma está cooperando materialmente en este caso a que esta ley vaya adelante”. Así, “la conciencia del rey tenía que en este caso situarse no ante la constitución sino ante aquello que es cooperar materialmente con el mal”.
A la pregunta de qué tenía que haber hecho el Rey, monseñor Reig Pla sugirió diversas situaciones, como “decir que no firmaba, decir que anteponía su conciencia al hecho mismo de lo que supone el refrendar una ley que no proporciona el bien, decir yo no ejerzo como rey en esta situación”. En todo cado, concluyó el obispo, “lo que yo puedo afirmar es que es una cooperación remota con el mal”.
Fuentes: Infocatólica - Reig Plá, primer obispo en activo que señala sin tapujos la responsabilidad del Rey - Monseñor Reig Pla asegura que la sanción por el Rey de la Ley de aborto es «cooperación material con el mal» -
Links externos relacionados: Petición Formal de Excomunión para Juan Carlos – Una vez aprobada la ley del aborto, el gobierno de España anima a los jóvenes de 15 años a practicar todo tipo de actividades sexuales.
Entrada previa relacionada: Carta a Monseñor Martínez Camino
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